sábado, 1 de noviembre de 2014

Observar un edificio

Constantemente recibimos imágenes a través del cine, la televisión, los libros, revistas e Internet, que nos permiten hacernos una idea, aunque sea de manera superficial, de muchas de las obras clave de la historia de la arquitectura. La facilidad para viajar por todo el mundo a través de Internet, ha hecho posible que muchos edificios sean asequibles a un amplio público. Por otro lado, en nuestra vida diaria nos vemos rodeados de edificios con los que mantenemos una relación mucho más estrecha. La posibilidad de pararnos y volverlos a observar, conociéndolos un poco más, puede resultar una experiencia enriquecedora para nuestra curiosidad e inteligencia. Entender la arquitectura requiere cierta capacidad para juzgarla y valorarla con objetividad, considerando su presencia material, así como sus aspectos funcionales y simbólicos. La arquitectura ha sufrido una continua evolución, lo cual constituye un testimonio del desarrollo cultural y de los gustos de generaciones sucesivas. Para poder comprender la enorme variedad de los estilos arquitectónicos, el estudio de la arquitectura ha de tener un punto de partida y una dirección determinadas. La historia de la arquitectura occidental se ha elaborado desde el estudio de los restos arquitectónicos del antiguo Egipto, de la Grecia clásica y del Imperio Romano, por lo que la cultura occidental ha valorado con preferencia la arquitectura clásica y el modelo grecorromano. Hasta el siglo XIX, el estilo gótico era considerado producto de una era oscura y bárbara. En ese siglo cobra mayor interés el estudio del mundo medieval, sistematizando la evolución del estilo gótico y valorando las tradiciones bizantina y románica. La arquitectura moderna, surgida con el desarrollo de ideas aparecidas en la Revolución Industrial, polariza el mundo de la arquitectura en dos tendencias contrapuestas: la nostalgia hacia el pasado y su rechazo. En la primera actitud se idealiza románticamente el pasado, y en la segunda se pretende diseñar el futuro de la arquitectura partiendo de cero. Sin embargo, la cultura postmoderna es más plural, permitiendo la existencia simultánea de diferentes enfoques, aunque desde un mismo punto de partida cultural.
LA CULTURA MATERIAL La interpretación de la historia de la arquitectura está condicionada por los edificios que se han conservado. La mayor importancia que se da a la arquitectura monumental en piedra se debe en parte al carácter imperecedero de este tipo de construcción. En la actualidad, los modernos métodos de análisis arqueológico permiten conocer otras culturas que utilizaron, o utilizan, la madera, los tejidos, el barro, como materiales de construcción.
MANERAS DE VER LA ARQUITECTURA En el siglo XVII, el viajero, erudito y poeta sir Henry Wotton (1568-1639), basándose en una tradición que partía del arquitecto y teórico romano del siglo I Vitruvio, definió las características que habría de tener la arquitectura: resistencia, comodidad y belleza. La resistencia hace referencia a sus cualidades estructurales y constructivas; la comodidad es su adecuación a la función; y la belleza sería la respuesta emocional ante la obra realizada. A finales del siglo XIX, el arquitecto estadounidense Louis Sullivan (1856-1924) dijo que "la forma es consecuencia de la función", un reflejo de la búsqueda de métodos más eficaces para proporcionar a la sociedad las nuevas tipologías arquitectónicas que su rápida industrialización exigía. En el presente siglo, Le Corbusier (1887-1966) definió la arquitectura como "el juego sabio y maravilloso de los volúmenes bajo la luz", elevando la forma arquitectónica a un plano espiritual. Sin embargo, la sociedad no siempre ha admitido las nuevas ideas con tanta rapidez. La lenta evolución de la arquitectura egipcia, por ejemplo, está relacionada con una continuidad cultural y espiritual, que hizo surgir y consagrar como inmutables unas tipologías arquitectónicas que perdurarían muchos siglos. El análisis de los sistemas constructivos, la función y la forma ayudarán a seguir el desarrollo de la arquitectura a través de la historia. Si bien, el análisis tecnológico puede ser revelador, parte de un punto de vista típicamente contemporáneo. Los valores espirituales de muchos edificios tenían mayor significado para quienes los levantaron que los métodos constructivos. Era más importante para el prestigio de la obra arquitectónica el nombre del comiente y su carácter simbólico que los nombres de sus constructores y los métodos empleados. El culto al individuo, a los estilos personales de cada artista y a las escuelas arquitectónicas se pone de manifiesto en el Renacimiento, al elevarse la posición social del artista y evolucionar la metodología arquitectónica. En la medida en que los edificios se van haciendo más complejos y su velocidad de construcción es cada vez mayor, los métodos constructivos van cobrando mayor relevancia. Los sistemas tradicionales, en los que con una mano de obra abundante y barata se levantaba un edificio mediante una tecnología elemental, han sido sustituidos por los métodos modernos, con menor mano de obra y una tecnología más compleja.

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